“Este grupo tiene jugadores de jerarquía y personalidad. No tengo dudas de que sacaremos un buen resultado”. La frase de Matías García resume el espíritu con el que el plantel encara la previa de un partido que puede marcar el destino del torneo. No se trata de un encuentro más: Atlanta llega a La Ciudadela en un momento en el que todo parece definirse en cuestión de días.

El torneo, que hace apenas unas fechas mostraba un horizonte más claro, se transformó en un terreno resbaladizo tras dos derrotas consecutivas que golpearon fuerte. Primero fue Arsenal, que se llevó un triunfo inesperado en La Ciudadela, y luego Colegiales, que profundizó la herida en Munro. Ese doble traspié no solo alejó la ilusión de pelear por la final, sino que encendió la alarma de un riesgo mayor: quedar afuera del Reducido.

El choque contra Atlanta aparece como una verdadera final anticipada. Una victoria podría reacomodar al “Santo” en la pelea por los primeros puestos y devolverle confianza; una nueva caída lo dejaría al borde del abismo. La ecuación es simple, aunque la carga emocional no lo sea tanto.

“Sabemos que estamos en una situación importante del campeonato y que ya no tenemos margen de error, sobre todo de local: tenemos que ganar. Será un encuentro difícil, aunque tenemos mucha confianza y fe en este grupo que va a dar vuelta la situación”, reconoció García con crudeza.

El mediocampista, referente dentro y fuera del campo, puso el acento en un aspecto que todos señalan como determinante: lo psicológico. “En este momento no importa tanto el cómo, sino ganar. El campeonato pasa mucho por lo psicológico. Siempre sacan ventaja, en el último tramo, los equipos que llegan con la autoestima alta. Lo que pasó con Colegiales ya quedó atrás; ahora tenemos que enfocarnos al 100% en Atlanta”, subrayó, convencido de que la clave está en sostener la confianza.

El mensaje del volante coincide con el diagnóstico de Mariano Campodónico, que durante la semana buscó levantar el ánimo de un grupo golpeado. “El primer día después de la derrota fue duro porque pensábamos traernos algo y no pudimos. Por suerte tuvimos casi siete días completos de trabajo y eso nos permitió preparar mejor el partido. Creo que los chicos llegarán bien al fin de semana”, explicó Campodónico, intentando transmitir calma en medio de la tormenta.

La preparación incluyó charlas y prácticas destinadas a reforzar la solidez. “Pasa un poco por todo: por corregir errores y también por ser más sólidos desde la mitad de la cancha hacia atrás. Sabemos que este club tiene la obligación de buscar los triunfos, más aún en casa. Lo anímico es clave, y ahí estamos trabajando mucho”, expresó el DT.

Aunque el primer puesto quedó lejos para San Martín, el sueño de alcanzarlo matemáticamente sigue vigente. “Mientras existan chances vamos a pelear. Si se cierra esa puerta debemos terminar lo más alto posible, porque en el Reducido la localía y la ventaja deportiva son claves”, explicó García. “Este club te exige ser protagonista siempre. Nos quedan cuatro partidos y tenemos que salir a ganarlos”, agregó.

En el seno del plantel todos coinciden en que un triunfo contra Atlanta sería mucho más que tres puntos. “Una victoria nos daría paz, tranquilidad y confianza. El fútbol es eso: confianza. Contra Colegiales no nos llegaron al arco, pero la pelota no quiso entrar. Son rachas. Lo importante es que el grupo está bien, el vestuario es fuerte y tenemos que ganar contra Atlanta, cueste lo que cueste”, sentenció García, con el convencimiento de que el fútbol también se explica desde la fe.

La Ciudadela será, una vez más, el escenario en el que se definirá si el “Santo” tiene todavía fuerzas para levantarse. Allí se mezclará la ansiedad de la hinchada con la necesidad de un equipo que ya no puede esperar.

Campodónico lo sabe, los jugadores también. Y la frase de García, aquella que cerró la semana, se convierte en bandera: la confianza como motor, la personalidad como sostén y la victoria como única salida posible. Hoy no será un partido más; será la hora de demostrar si todavía hay brújula para encontrar el rumbo.